El Mito Bernabé Ferreyra

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Bernabé Ferreyra fue un antes y un después del fútbol argentino. La Fiera, el Mortero de Rufino. Su nombre está íntimamente ligado a la historia de River Plate y es el principal responsable de la grandeza del club. 

 

BERNABE FERREYRA, EL MORTERO DE RUFINO

Una joya del archivo Xenen. Bernabé de pibe, con la camiseta de Newbery de Rufino. Fue su primer club.
Una joya del archivo Xenen. Bernabé de pibe, con la camiseta de Newbery de Rufino. Fue su primer club.

Rufino. Extremo sudoeste de la provincia de Santa Fe. Tierra natal de dos figuras indelebles del fútbol argentino: Amadeo Carrizo y Bernabé Ferreyra, el mítico Mortero de Rufino

Bernabé Ferreyra nació el 12 de febrero de 1909. Sus comienzos fueron en Jorge Newbery de su pueblo natal. De pibe se destacó por una virtud que asombraba: con sólo 13 años, su remate ya era un tema aparte. Fueron sus hermanos mayores quienes lo instaron para que viajara a Buenos Aires para probar suerte en el fútbol, pero su padre - ferroviario - fue trasladado a Junín, nudo ferroviario de la Patria. En el Oeste bonaerense fichó para BAP (Buenos Aires al Pacífico), club ferroviario por excelencia. Año 1927. En aquella primera temporada se consagró campeón de la Liga Deportiva del Oeste, derrotando en la final a Sarmiento con gol suyo, quebrando trece años sin títulos de su equipo.

Junín era una plaza futbolera llena de talentos. Un rastreador apellidado Monge lo convenció de viajar a Buenos Aires. Ya lo había hecho a mediados de 1928 para enfrentar, junto a un combinado de jugadores del interior, al Motherwell inglés en cancha de Racing Club. Esa lluviosa tarde marcó el gol de su equipo. A comienzos de 1929, con veinte años, se sentía seguro de emprender la aventura. El primer destino fue Talleres, club ligado al Ferrocarril, que en caso de aceptarlo podría mantener su laburo ferroviario. Pero en Escalada le bajaron el pulgar. En esos días llegó la oferta de Tigre. En Victoria buscaban cracks de tierra adentro. El rumor era que Bernabé era hermano de Nolo, figura de Estudiantes de La Plata y el seleccionado nacional. Nolo era de Trenque Lauquen. Quién dice Trenque Lauquen, tal vez dice Junín. Así era el fútbol de aquellos días…

 

LOS MITICOS TRES GOLES A SAN LORENZO

Camiseta tricolor velezana en la gira americana de 1930/31. En la foto, junto al Marqués Fernando Paternoster.
Camiseta tricolor velezana en la gira americana de 1930/31. En la foto, junto al Marqués Fernando Paternoster.

En Tigre, Bernabé se reveló como un goleador implacable. En su primera temporada convirtió once goles en ocho partidos. Sorpresa. Su fortísimo remate ya era reconocido por todos los aficionados. A fines de 1930, Vélez Sársfield lo pidió para una extensa gira que el club realizaría por todo el continente. Fueron casi cinco meses de triunfos continuos. Primero en Chile, donde venció en tres de los cuatro partidos jugados. El periplo continuó en Perú, Cuba, México, Estados Unidos. Luego volvieron al país pasando nuevamente por Cuba, Perú y Chile. Arribaron de regreso el 27 de abril de 1931. Junto con Bernabé viajó otro goleador temible de aquellos años: Francisco Varallo, aún en Gimnasia Esgrima La Plata.

En mayo de 1931 comenzó el fútbol formalmente profesional. Bernabé era la estrella del Club Atlético Tigre, uno de los equipos que estarían abajo en la tabla. Pero él era un espectáculo aparte. Sus remates eran una atracción para los hinchas que esperaban la visita del once de Victoria sólo para ver al santafesino con la patada de burro.

La tarde que todo cambió. Bernabé Ferreyra le convirtió tres goles a San Lorenzo, dando vuelta el partido él solo. Para la historia.
La tarde que todo cambió. Bernabé Ferreyra le convirtió tres goles a San Lorenzo, dando vuelta el partido él solo. Para la historia.

Pero llegó el día que cambió todo. Domingo 27 de septiembre de 1931. Esa tarde, Racing goleó 7 a 4 a Independiente. Pero la noticia estuvo en otra cancha. En los tablones xeneizes de Brandsen y Del Crucero, San Lorenzo - local - derrotaba con tranquilidad 2 a 0 a Tigre. Bernabé remataba al arco desde todos lados, pero parecía negado de cara al arco. Desde las tribunas bajaban risas socarronas. Pero en los últimos diez minutos, tres de esos pelotazos fueron al arco. Sebastián Gualco nada pudo hacer. Tigre lo dio vuelta. Bernabé pasó a ser todo un suceso. Esa tarde, en Boca Juniors se vendieron unas cinco mil entradas, más los socios del Ciclón presentes. Con los años, millones de argentinos afirmaron ser partícipes de la tarde que Bernabé Ferreyra saltó a la fama.

BERNABE, RIVER Y EL INCREIBLE 1932

El pecho abierto, la camisa de seda y la banda roja que volvió a ser parte de la indumentaria en aquel 1932. Mítico, porque nunca un jugador había ganerado tanta revolución como Bernabé Ferreyra.
El pecho abierto, la camisa de seda y la banda roja que volvió a ser parte de la indumentaria en aquel 1932. Mítico, porque nunca un jugador había generado tanta expectativa como Bernabé Ferreyra.

Los 19 goles en 13 partidos. Ese fue su bagaje goleador en 1931. Los clubes más importantes querían al chacarero de Rufino. Su fama ya era enorme y en Victoria sus goles se cotizaban alto. Antonio Vespucio Liberti, presidente de la Subcomisión de Fútbol de River Plate, estaba obnubilado por sus goles. La directiva riverplatense había tomado una posición con el profesionalismo: contratar los mejores a cualquier precio. En 1931 habían roto el chanchito desembolsando 10.000$ para contratar a Carlos Peucelle. Una cifra que parecía descabellada. Pero traer al goleador costaría mucho más. En Tigre valuaron a Bernabé en 35.000$. Finalmente, en la penumbra de un vacío cine de Victoria se realizó la transferencia. Ferreyra era jugador de River Plate. Nacía un nuevo apodo para el club de Tagle y Alvear. Ahora eran Los Millonarios.

 

Medallas, aplausos, aviones...hasta un tango. Tuvo una amistad muy particular: la de Carlos Gardel.
Medallas, aplausos, aviones…hasta un tango. Tuvo una amistad muy particular: la de Carlos Gardel.

Bernabé debutó en la primera fecha del torneo de 1932. 12 de marzo. Junto a él, un regreso: la camisa con la banda roja. En su primer partido le marcó dos goles a Chacarita Juniors. Dos taponazos de esos que hacen ruido. En la segunda jornada, gol a Argentinos Juniors. En la tercera, dos golazos a los Profesores de Estudiantes de La Plata. River llenaba estadios de la mano de su goleador sensación. En la quinta fecha, gol a Ferro Carril Oeste. Gol a Quilmes en la sexta, y en la séptima, tres tantos a Platense. Bernabé era el fenómeno. En la octava fecha, River recibió a Gimnasia Esgrima La Plata. Quedaron miles de hinchas sin poder ingresar a Tagle y Alvear. Gente ajena al fútbol quería ver al tipo que metía goles todos los partidos. El diario Crítica - el diario más vendido de aquellos días - implementó un premio especial: medalla de oro al arquero que terminara invicto del gran Bernabé. Gimnasia también padeció al enorme Bernabé…

Las jornadas pasaron, al igual que los goles del hombre de Rufino. En la novena lo sufrió Vélez Sársfield, en la décima Talleres de Escalada. Se especulaba sobre el secreto de su éxito. Una de las teorías era que Bernabé no usaba medias. No las toleraba. Sólo se ponía unos finos zoquetes, lo que remarcaba un sobrehueso en el empeine que actuaba de gatillo. Muchos años después, en los últimos días de su vida, confesó en los micrófonos de Radio Rivadavia el secreto mejor guardado. Fue el 12 de marzo de 1972, en la previa de un superclásico jugado en el Monumental. Esa tarde Bernabé declaró su trampita: “Cuando eramos locales en Alvear y Tagle, al canchero Fidel López, le pedía que le pusiera dos cámaras a la pelota. Esa pelota la mojaba y pesaba tres o cuatro kilos. Con la violencia de mi shot, me convenía la pelota pesada“.

31 de mayo de 1932. Otra bisagra. Golazo a Juan Botasso para derrotar al Racing Club en el partido del campeonato.
31 de mayo de 1932. Otra bisagra. Golazo a Juan Botasso para derrotar al Racing Club en el partido del campeonato.

La 12º fecha fue bisagra. El rival era Racing Club, líder junto a River. Una multitud única se acercó a Cuyo y Mozart. Antes de comenzar el partido, un avión arrojó desde el cielo la pelota con la cual se jugó el partido. Racing fue más que la visita, pero a falta de siete minutos para el final del partido, Bernabé le pegó desde treinta metros. Juan Botasso, la Cortina Metálica, nada pudo hacer. 1 a 0.

Curiosamente, la medalla de Crítica se la llevaron dos arqueros. En la 13º fecha, River recibió a Huracán. El partido fue suspendido a falta de pocos minutos del tiempo reglamentario por falta de luz. En la fecha siguiente, Independiente goleó 5 a 0 a River en Avellaneda, siendo así Néstor Sangiovanni el acreedor de la famosa medalla. Días después se reanudó el encuentro ante Huracán, con una sorpresa: en el equipo de Parque de los Patricios no fue alineado Cándido De Nicola, su arquero titular en los minutos anteriores de juego. De esta forma, también se hizo poseedor de otra medalla. Así de importante era el fenómeno Bernabé. El año terminó con un título, 44 goles convertidos en 33 partidos disputados.

LOS AÑOS TREINTA TUVIERON SU SELLO

Año 1933. Bernabé rodeado de pibes. El fenómeno popular más grande de aquellos días. Hoy no se dimensiona lo que significó Bernabé para el fútbol argentino.
Año 1933. Bernabé rodeado de pibes. El fenómeno popular más grande de aquellos días. Hoy no se dimensiona lo que significó Bernabé para el fútbol argentino.

Luego del impresionante 1932, todos los equipos buscaron su Bernabé Ferreyra. Racing recurrió a un grandote torpe proveniente de Nacional de Rosario llamado Evaristo Vicente Barrera. Independiente probó con Hugo Lammana, de Talleres de Escalada. Vélez Sársfield buscó a un juninense: Agustín Cosso. Boca Juniors ya tenía al suyo en Pancho Varallo.

Fue tanta la influencia de Ferreyra en aquellos días, que su nombre fue sinónimo de fama y éxito. Alguna vez Carlos Gardel, en el pináculo de su carrera, se percató de la presencia de Bernabé. Estaba cenando en una pizzería de la calle Corrientes, aún angosta. Carlitos le dijo: “Así que usted es la fiera...”, a lo cual Bernabé le respondió: “No, maestro, la fiera es usted…“. Parco, de pocas palabras. Nunca se quejó ante la caza indiscriminada que los rudísimos defensores de la época hacían hacia su persona. Alguna vez, harto de un muchacho que le calentó los tobillos más de lo debido, le dijo: “Viejo, para pegar, por lo menos, sacate la medallita“.

"El Cañonero de Giles". La película de su vida. En la foto,junto a Luis Sandrini. De fondo, los tablones de Tagle y Alvear.
“El Cañonero de Giles”. La película de su vida. En la foto,junto a Luis Sandrini. De fondo, los tablones de Tagle y Alvear.

Sus registros goleadores con la camisa riverplatense son espectaculares. En 1933 marcó 27 goles en 30 partidos. En 1934, 30 goles en 29 encuentros. En 1935, 23 goles en 28 partidos. En 1936, 23 goles en sendos partidos. En 1937, 27 goles en 30 encuentros.

Años en los cuales se benefició con licencias impensadas. Increíbles para la época. Como viajar a Rufino luego de los partidos y regresar en avión - puesto por la Fuerza Aérea - a Buenos Aires. Bernabé daba para todo. Su vida fue película aún en actividad. En 1936 se filmó El Cañonero de Giles, interpretada por Luis Sandrini. En algunos partidos de aquel año, antes que River saliera al campo de juego, el propio Sandrini salía a saludar vestido con la camisa millonaria. Técnicas de promoción de la época.

Un Bernabé ya veterano ingresa al campo de juego de Tagle y Alvear.
Un Bernabé ya veterano ingresa al campo de juego de Tagle y Alvear.

En el clásico ante Boca Juniors jugado el 12 de diciembre de 1937 sufrió la rotura de los meniscos de su rodilla derecha. En esos años, sinónimo de retiro. Tenía 28 años. En 1938 jugó nueve partidos, marcando misma cantidad de goles. En 1939, ya no podía seguir. Sólo jugó un par de encuentros. El 16 de abril, ante Argentino de Quilmes, marcó sus últimos dos goles. El 28 de mayo, el Monumental lo vio por última vez. Esa tarde, River empató 2 a 2 ante Newell´s Old Boys. La delantera riverplatense fue conformada por Carlos Peucelle, Francisco Caffaratti, Bernabé, José Manuel Moreno y Adolfo Pedernera.

Con 30 años ya no podía competir. Maltrecho, tenía detrás un pibe que se las traía. Un tal Ángel Amadeo Labruna. En 1941, River organizó un partido homenaje, enfrentando a Peñarol. Bernabé no estaba bien económicamente. Entre 1943 hasta 1956 trabajó como empleado en River Plate.

Bernabé Ferreyra falleció el 22 de mayo de 1972. Tenía 63 años. Curiosamente, ningún sector del estadio Monumental tiene su nombre. Notable injusticia: su estela goleadora fue vital para que esa mole de cemento pueda levantarse.

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