MARCELO ESTEBAN FIRPO

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Rubio, alto y de excelente manejo. Polivalente, podía jugar de 5, 8 o zaguero central. Su nombre es leyenda en Jujuy, donde fue figura en los viejos Nacionales. Lo encontramos en el predio de Quilmes, donde entrena chicos, y nos contó su historia.

 

Marcelo Firpo. Una vida ligada al Quilmes Atlético Club. Un defensor que jugó mucho - y bien - a comienzos de los ochentas.
Marcelo Firpo. Una vida ligada al Quilmes Atlético Club. Un defensor que jugó mucho - y bien - a comienzos de los ochentas.

Desde 1998 estoy trabajando en el fútbol amateur de Quilmes. Primero arranqué con la cuarta división. Luego me puse a trabajar con las categorías más chicas. Hoy soy el técnico de la novena y de la pre-novena. Estamos haciendo un buen trabajo. Desde hace un tiempo, tenemos como política tomar solamente a chicos de la zona para las categorías más chicas. Los pibes vienen de hogares en situación de vulnerabilidad social, y aquí les brindamos no sólo buena alimentación; estamos trabajando con nutricionista, psicologa, departamento médico y asistente sociales. La verdad, un trabajo integral sobre los chicos”.

” También estoy en la radio. Desde hace 8 años estoy en la RK 91.5. Primero siguiendo la campaña de Quilmes como comentarista, analizando tácticamente los partidos. Hoy tengo el programa los jueves a la noche, que se llama La Hora de Los Pibes, y hablamos de las categorías inferiores del club”.

UN RUBIO SUELTO EN EL NORTE

Marcelo Firpo fue un central que mostró jerarquía a comienzos de los ochentas.
Marcelo Firpo fue figura con la camiseta de Gimnasia de Jujuy. Tuvo un gran Nacional de 1981.

“Arranqué acá en Quilmes. Debuté en 1975, cuando fue la famosa huelga. Jugué un partido en el equipo que ascendió, y ese mismo año quedé libre. Dio la casualidad que Hugo García, que era el ayudante de D´Accorso en la primera, agarró Atlético Concepción. Hace una buena campaña y le dice a los dirigentes que para clasificar a los Nacionales tienen que traer jugadores de Buenos Aires. Sabía que me había quedado sin club y me citó en un bar junto a otros pibes del club que estaban en la misma condición para ir a Concepción. ¡Lo único que conocía de Tucumán era la casita!”

Identikit de Marcelo Firpo: ació en Quilmes (Buenos Aires) el 27 de Diciembre de 1955 Debutó en 1975 en Quilmes AC debido a la huelga de Profesionales, jugando un encuentro. En 1976 pasó a Atlético Concepción, donde jugó el regional. Entre 1977 y 1978 militó en Ñuñorco de Monteros. Fue considerado el mejor jugador de la liga tucumana y fue seleccionado para le combinado provincial. En 1979 fue transferido a Gimnasia y Esgrima de Jujuy. En el Lobo jugó los torneos Nacionales de 1980, 81 y 1982. Jugó 46 partidos y marcó 2 goles. Entre 1982 y 1983 jugó 39 encuentros en Argentinos Juniors, donde señaló 3 goles. En 1984 jugó el Nacional para Estudiantes de Rio Cuarto, siendo parte en los seis partidos del equipo, y el Metro para Atlanta, con 16 partidos jugados. En 1985 volvió a Quilmes. En segunda división jugó 46 partidos, marcando tres goles. En 1988 jugó el regional sur para Dep. Norte de Mar del Plata 1989 lo encontró en Patronato de Paraná Cerró su campaña en 1990, con la casaca del Club Claypole, en Primera C.
Identikit de Marcelo Firpo: nació en Quilmes 
el 27 de Diciembre de 1955. Debutó en 1975 en Quilmes AC debido a la huelga de Profesionales, jugando un encuentro. En 1976 pasó a Atlético Concepción, donde jugó el regional. Entre 1977 y 1978 militó en Ñuñorco de Monteros. Fue considerado el mejor jugador de la liga tucumana y fue seleccionado para le combinado provincial. En 1979 fue transferido a Gimnasia y Esgrima de Jujuy. En el Lobo jugó los torneos Nacionales de 1980, 81 y 1982. Jugó 46 partidos y marcó 2 goles. Entre 1982 y 1983 jugó 39 encuentros en Argentinos Juniors, donde señaló 3 goles. En 1984 jugó el Nacional para Estudiantes de Río Cuarto, siendo parte en los seis partidos del equipo, y el Metro para Atlanta, con 16 partidos jugados. En 1985 volvió a Quilmes. En segunda división jugó 46 partidos, marcando tres goles. En 1988 jugó el regional sur para Deportivo Norte de Mar del Plata. 1989 lo encontró en Patronato de Paraná. Cerró su campaña en 1990, con la casaca del Club Claypole, en Primera C.

“No sabes lo que era Tucumán en 1976. ¡Completamente militarizada por el tema de la guerrilla!. En el 77 Hugo se fue a Ñuñorco de Monteros y me fuí con él. Monteros queda a 52 kilómetros de la Capital, pero preferí quedarme viviendo en un hotel en San Miguel. El club dependía de un ingenio muy grande que bancaba el club. Me quedé dos años. En 1978 fui revelación de la Liga tucumana e integré el seleccionado tucumano, que justamente dirigía Hugo. Jugando para el combinado tucumano tengo una anécdota buenísima: El 29 de octubre de 1978, el día que Quilmes se jugaba el campeonato en Rosario contra Central, nosotros enfrentamos al combinado jujeño en San Salvador. Hugo llevó una radio y sintonizó al Gordo Muñoz. Yo, cada rato, me acercaba al banco y escuchaba un ratito el partido de Quilmes. Al rato, me acercaba de nuevo y nadie entendía nada. En un momento, Hugo me grita llorando que eramos campeones. Nos abrazábamos y llorabamos. Nadie entendía nada, ni nuestros compañeros, porque nuestro partido se seguía jugando, es que con Hugo eramos muy fanas del Cervecero”.

“En 1979 me llevan a Gimnasia de Jujuy, que es un grande en serio. En la liga jujeña era un robo. Teníamos a Carlos María Sosa, el Lobo Sosa, que era un fenómeno. Un zurdo grandote que jugaba como los dioses. Siempre recuerdo la final que jugamos con Zapla el clásico para clasificar al Nacional 81. Ganamos 1-0 en Palpalá y de local, perdíamos 1-0 y yo metí un golazo que valió la clasificación. Es el día de hoy que cuando vuelvo a Jujuy la gente se acuerda de mí, y la gente más grande me pide autógrafos por la calle”.

“Jugamos tres nacionales. Y tuvimos muy buenos resultados. Siempre recuerdo un 4-3 contra Racing en Avellaneda. Las puertas en Gimnasia siempre me estuvieron abiertas. Es más, alguna vez casi regreso al club como técnico. Pancho Rojas, que era el Presidente de Fútbol del club me dijo que me tenía en carpeta, pero finalmente arregló Pancho Ferraro. Esto fue hace 4 o 5 años”.

CALI - AVELLANEDA - LA PATERNAL

Gol de Marcelo Firpo a River Plate en la mítica cancha de Juan A.García y Boyacá. Toque con clase ante la salida de Puentedura. Fue en la victoria 3-1 del Bicho, el 31 de octubre de 1982.
Gol de Marcelo Firpo a River Plate en la mítica cancha de Juan A.García y Boyacá. Toque con clase ante la salida de Puentedura. Fue
en la victoria 3-1 del Bicho, el 31 de octubre de 1982.

” Mi mejor torneo en Gimnasia fue el Nacional 81. Ahí fui figura y estuve en la vidriera. Aparecía en El Gráfico siempre como figura. En esos días me surgió una oferta muy buena para ir al Deportivo Cali. No acepté. Mi sueño era jugar en Buenos Aires para que mi viejo me viera jugar. Tal vez me veía cuando jugabamos en acá, pero nunca me pudo ver todos los domingos. Preferí quedarme aca esperando una oferta para quedarme en el país. Insistieron de Colombia. Le pagaban un pasaje a mi Papá para que vieran lo que era el Deportivo Cali. Pero no, mi sueño era que mi viejo me viera jugando en Primera”.

“Estuve cerca de firmar para el Ferro de Griguol, pero finalmente no se hizo. En eso me llaman de Argentinos Juniors. Yo arreglo todo, pero los clubes no se ponen de acuerdo. Carlos Cavagnaro me quería para Racing, y se armó una impresionante. Porque practiqué dos veces en Avellaneda. Jugué de 5 y la rompí. Estaban Juan Barbas, Olarticoechea…cada nene. Cuando se enteró Domingo Tessone, el presidente de Argentinos, no sabés las cosas que me dijo. Finalmente Argentinos arregló con los jujeños y me fui a La Paternal”.

12 de septiembre de 1982. Según sus propias palabras, su mejor partido: ""Volví contra Boca, y jugando de 2. Hice un gran partido, hasta hablé me elogió Muñóz y García Blanco cuando terminó el partido."
12 de septiembre de 1982. Según sus propias palabras, su mejor partido: “Volví contra Boca, y jugando de 2. Hice un gran partido, hasta me elogió José María Muñoz y Horacio García Blanco cuando terminó el partido”

“En Argentinos había mucho dinero por la venta de Diego Maradona. Comenzé jugando de 8, con el Checho Batista de 5 y el Catamarqueño Herrera de 10. En la quinta fecha me lesioné contra Unión en Santa Fe. Volví contra Boca dos meses después. Trigilli me preguntó si me animaba a jugar de 2. ¡Obvio que si!. Fue un partidazo. Me comí a Gareca que era la figura del fútbol argentino. Las hice todas. Anticipaba y salía jugando. No reventé ninguna. Cuando terminó el partido, no me olvidó más, porque me entrevistó el Gordo Muñoz y Horacio García Blanco, que me nombraron figura del partido. Era la primera vez que hablaba por radio a todo el país. Una emoción inolvidable”.

“En el 83 lo tuve a Ángel Labruna como entrenador. Era un fenómeno. Un intuitivo. Saqué muchas cosas de él. En su charla técnica el rival no existía. Era simple, muy simple. El maestro me quería porque no hacía ningún inconveniente. Yo sabía que era suplente de Batista, y nunca le hice problema por eso”.

“Me voy de Argentinos en el 84, el año que salen campeones. Veía que llegaban figuras y me daba cuenta que me iba a ser difícil jugar. Hablé con Roberto Marcos Saporiti. Me dijo que era el jugador 17, pero que me tenía en cuenta. En esos días el Negro JJ, que era amigo del presidente de Atlanta, le preguntó al Turco Lemme si quería ir a Villa Crespo. Lemme no aceptó y me preguntó a mí, Me pareció una buena chance y agarré viaje”.

EL FAMOSO GOL EN CONTRA

Un gol en contra que pudo haber sido como cualquier otro. Salvo que el entrenador de Boca diga que es el gol de la fecha...
Un gol en contra que pudo haber sido como cualquier otro. Salvo que el entrenador de Boca diga que es el gol de la fecha…

“En el 84, primero me fui a jugar el Nacional a Estudiantes de Río Cuarto. Fue una experiencia muy linda, aparte de un buen equipo. Estaba el Perro Killer, y teníamos un lindo mediocampo con el Chocho Llop y Pitarch. También estaba Julio César Villagra, Villagrita, un delantero bárbaro. Siempre recuerdo el partido contra River en el Córdoba. Me tocó marcar a Enzo Francescoli, y anduve bastante bien”

“Me tocó marcar jugadores difíciles: Beto Alonso, Juan Ramón Carrasco, Enzo Francescoli, pero el más difícil de todos, sin dudas, fue Ricardo Bochini. El Bocha era lento, pero tenía una cintura increíble. Me comí cada baile con él. Fue el jugador que más me costó. Era lento, pero tenía movimientos rápidos”.

“En Atlanta sólo jugué aquel 1984. Teníamos un buen equipo. Estaba Carnevali, Landucci, el Tati Rafaelli, Onnis, el uruguayo Espala y chicos que prometían, como Alfredo Graciani y Rubén Gómez. Pero a mi me mató el famoso gol en contra contra Vélez. Los técnicos supuestamente eran Pandolfi y Della Savia, pero el que manejaba todo en verdad era el Profesor Habbeger. Cuando le fui a pedir explicaciones, no me fue de frente”.

“El famoso gol en contra fue el 13 de mayo de 1984. ¡Cómo olvidarlo si ese día nació mi hijo Estaban Nicolás! Esa mañana bien temprano, mi mujer comenzó con las contracciones. Vivíamos en Quilmes, y el Sanatorio de la Obra Social estaba en Caballito. Agarré el auto y la llevé a toda velocidad. La dejé con un amigo, y de allí me fuí a concentrar con mis compañeros. El gol fue un golazo, jaja. Quise rechazar un corner del lado derecho. Estaba marcando a Mario Lucca. La pelota medio se frena, y en vez de rechazar como dice el libro con la izquierda para el medio, lo hize al revés, con la derecha, con tanta mala leche que la clavé en un ángulo. A la noche estaba cenando en un bar cerca del sanatorio viendo Todos Los Goles, y cuando Dino Sani eligió mi gol en contra como el mejor tanto de la fecha, no pude parar de reírme”

VOLVER A CASA UNA DECADA DESPUES

La estampa de un volante de los de antes. Firpo en 1985. Gran campaña en su regreso a Quilmes. Estuvo muy cerca del ascenso, que le correspondió a Rosario Central y Racing Club, dos grandes en desgracia.
La estampa de un volante de los de antes. Firpo en 1985. Gran campaña en su regreso a Quilmes. Estuvo muy cerca del ascenso, que le correspondió a Rosario Central y Racing Club, dos grandes en desgracia.

En Atlanta las cosas no mejoraron. Llegó Carmelo Faraone, un personaje increible. Tenía mucha llegada con el jugador. Hablaba de costado, era jodón, no practicaba mucho táctico, le ponía apodo a todo el mundo y se tiraba unos eructos bárbaros en el vestuario. También se fue, y ya no había mucho más para hacer. Estábamos descendidos”.

“En 1985 me vino a buscar Quilmes. Diez años después de haberme dejado libre. Teníamos un equipazo que recuerdo de memoria: Anhiello, Segovia, Torales, Kuchen y Silva, Ortega, yo y Pascutti; Lucho Martínez, Baileé y Andreuchi. Lástima que también estaban el Central de Los Pitufos y el Racing de Basile”.

“En 1986 me llaman de Gimnasia de Jujuy para jugar la clasificación al primer Nacional B. Allá tuve como DT a otro fenómeno como Delem. Era muy parecido a Labruna. Tengo dos anécdotas increibles de ese paso por Gimnasia. Nosotros concetrábamos en un hotel alejado de la ciudad. A la noche, a eso de las 11, Delem nos llevaba a una habitación alejada, donde había copas y champagne. Delem nos decía: brindemos por el triunfo de mañana. Tomábamos una copita y nos íbamos a dormir. Al otro día salíamos a la cancha y nos comíamos a los rivales”.

“Fui a jugar seis partidos, y al final jugué 3. Tuve un incidente terrible con Anibal Hay. Contra Talleres de Perico, en cancha de ellos, me decía: “5, te voy a echar”. Al final me echó por un foul común, y no tenía amarilla. ¡Para qué! ¡Me tuvieron que agarrar en todos mis compañeros! Lo quería matar. Era la primera expulsión de mi carrera. Al otro día me lo encuentro sentado en un café haciendo tiempo para tomar el vuelo de regreso a Buenos Aires. Me acerco para disculparme, y me dice: “no 5, usted no va a jugar nunca más”. Años después, me lo encuentro en Miami en un campeonato Senior. En el hotel, me acerco y le digo - Anibal, ¿se acuerda de mí?-. Cuando me responde que no, le digo -Soy el 5, el de Jujuy- y ahí me reconoce y me dice - ahh, ahora sí, ¡el que me quiso cagar a trompadas!- “

Marcelo Firpo entrenando a los chicos de Quilmes. El maestro y sus alumnos.
Marcelo Firpo entrenando a los chicos de Quilmes. El maestro y sus alumnos.

“Volví a Quilmes, pero tuve un conflicto con Meizner. Aunque fuí campeón en la B Metro y logramos el ascenso. Luego pasé a Deportivo Norte de Mar del Plata y Patronato de Paraná. Allí me encontré con pibitos como Carucha Muller y el Loco Marzo. Finalmente, Carlitos Senia, me llamo para jugar en Claypole. Jugué un par de partidos hasta que me lesionó Fabián Lisa en cancha de Argentino de Quilmes. Allí terminó mi carrera”.

Un ratito después de finalizada la entrevista, Marcelo estaba al frente de sus chicos. Le pidió a Moli, el histórico utilero de las inferiores del club, las pecheras Lotto para que los pibes salgan prolijos. Estaba fresca la tarde en la Barranca Quilmeña. Los chicos se juntaron a su alrededor. Partieron los primeros conceptos. Y los pibes, que antes tenían su habitual vitalidad, ahora escuchaban atentos. El maestro delante de sus pibes.

Por Carlos Aira

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